La violencia que no se ve (ni se nombra): del amor romántico al amor consciente

“Si no te cela, no te quiere”

“Es que somos intens@s”

“El amor duele”

“Así te ama de verdad”

¿Te suenan estas frases? Seguramente sí. Por que sin darnos cuenta hemos crecido rodeadas de ellas, están en canciones, series, películas románticas, incluso en las conversaciones con tus amig@s y muchas veces, en consejos familiares. 

Por Mara Gatica

Recuerdo a una amiga que vivía en plena relación de violencia y al decirle a su madre que su pareja le había sido infiel, la madre le dijo, “pero al menos tu siempre vas a ser la más importante”, “O si supieras las cosas que yo he tenido que aguantar con tu padre”

Frases y experiencias que no solo normalizan conductas dañinas, sino que nos enseñan desde pequeñas y pequeños que el amor no sólo es ese sentimiento delicioso y placentero, sino que también contiene sufrimiento, control o pérdida de libertad.

La violencia psicológica, aunque muchas veces no deja heridas visibles, tiene efectos profundos y duraderos. Puede aparecer disfrazada de “preocupación” o de “cuidado”, pero su impacto no es menor: merma la autoestima, desorienta la capacidad a elección, aísla y hace que terminemos dudando de lo que sentimos, pensamos o merecemos.

Y aunque históricamente ha sido visibilizada sobre todo en el contexto de relaciones heterosexuales y monogámas, es necesario ampliar la conversación: la violencia psicológica no discrimina orientación, identidad de género, ni tipo de vínculo. Aparece también en relaciones lésbicas, gays, bisexuales, entre personas no binarias, en relaciones abiertas, poliamorosas o incluso en vínculos que no se definen románticamente, como vínculos queerplatónicos.

Entonces, ¿cómo se manifiesta la violencia psicológica hoy, en una era donde hablamos de diversidad, amor libre y consentimiento? ¿Y cómo la detectamos en relaciones que no encajan con los moldes tradicionales?

Violencia invisible, amor visible

Primero, es importante entender que la violencia psicológica no es solo gritar, insultar o amenazar, aunque también los sea. Puede ser mucho más sutil: controlar con quién hablas, exigir acceso a tus redes sociales, hacerte sentir culpable por hacer cosas sin avisar, invalidar o minimizar tus emociones, hacerte gaslighting (“estás exagerando”, “eso no fue así”, “estás loca/o”), quitarte independencia, mermar tu autoestima, o establecer reglas disfrazadas de “acuerdos”, donde el poder no está repartido equitativamente.

En relaciones no monogámicas, por ejemplo, esta violencia puede manifestarse en forma de jerarquías impuestas, donde una persona impone su “primacía” sin negociar realmente; o cuando se exige apertura, pero no se tolera la autonomía afectiva de la otra persona. En vínculos queer, puede tomar la forma de invalidación de la identidad del otre (“pero tú no pareces trans”, “deberías vestirte más masculino/femenina”) o del silenciamiento ante situaciones de violencia (“pero ustedes son dos mujeres, no puede ser tan grave”).

¿Por qué no la vemos (o no queremos verla)?

Parte del problema es que muchas de estas conductas están normalizadas por una cultura que romantiza los celos, la fusión emocional, la posesividad y la independencia “en nombre del amor”. 

Y para mi el gran problema radica en que nos enseñaron a amar desde la falta, incompletos/as y por ende con miedo a la pérdida, no con confianza y libertad.

En contraposición a esto, se vuelve urgente cultivar una idea de relaciones saludables, diversas y consentidas, donde el eje esté en el respeto, el cuidado mutuo, la comunicación sincera, la reparación cuando se hieren límites, y la autonomía personal.

Una relación saludable no es la que cumple con el guión cultural, sino la que permite que cada persona pueda ser quien es genuinamnete, sin sentir que debe esconder partes de sí para ser amad@, sin tener que achicarse para encajar. 

En un espacio donde los celos es una emoción más y no una prueba de amor, donde los acuerdos se hacen desde el deseo compartido y no desde la imposición o al asimetría; donde hay espacio para decir “esto me incomoda” sin que eso se vuelva un campo de batalla.

También es importante decirlo: el amor sano puede en relacionas con otras personas o no. No todas las personas quieren vincularse de la misma forma, ni todas necesitan una pareja para tener relaciones significativas. Lo importante es que, cualquiera sea la forma del vínculo, exista consentimiento real, comunicación honesta y profunda y afectividad.

Nombrar, cuestionar, transformar

Para poder erradicar la violencia psicológica —y cualquier forma de violencia— necesitamos poder nombrarla. Identificarla, dejar de justificarla con mitos románticos, y empezar a hablar de ella sin vergüenza ni culpabilización.

No, no somos medias naranjas buscando nuestra otra mitad, somos naranjas completas, y puedes encontrar con otra naranja, con un melón o con la frutería completa si te apetece, siempre y cuando cada fruta este de acuerdo jajaja. 

También es urgente que podamos cuestionar la idea de que el sufrimiento es parte inevitable del amor. 

Y debo decirte que por muy dificíl de creer que suene: No, el amor no duele

Lo que duele es el abuso, la dependencia, la manipulación emocional. Y eso no es amor.

Urge transformar nuestras formas de vincularnos, dándonos el permiso de desaprender lo aprendido, y de construir relaciones basadas en el cuidado, la libertad y lo genuino.

Porque no se trata solo de salir de relaciones violentas, y sobrevivir a ellas,  sino de aprender a habitar vínculos donde podamos florecer. 

En cualquier caso te dejo los lugares y número de emergencia a los cales recurrir en Chile y España.

🇨🇱 Recursos en Chile

🔴 Teléfonos de ayuda

  • Fono Orientación Violencia Contra la Mujer 1455
    Gratuito, confidencial y disponible 24/7. Entrega orientación jurídica, psicológica y social.
    Funciona para todo tipo de violencia de género, no solo física.
  • Fono Denuncia Segura: 600 400 0101
    Para realizar denuncias anónimas relacionadas con violencia, drogas, armas u otros delitos.
  • Carabineros: 133 / PDI: 134
    Para emergencias o denuncias urgentes.
  • Salud Responde: 600 360 7777
    Línea del Ministerio de Salud con atención psicológica primaria, 24/7.

🏳️🌈 Recursos especializados en diversidad sexual y género

  • Fundación Iguales
    https://iguales.cl
    Ofrece asesorías, orientación y defensa de derechos LGBTIQ+.
  • Organizando Trans Diversidades (OTD Chile)
    https://otdchile.org
    Acompañamiento psicosocial y legal a personas trans y no binarias. Contacto: contacto@otdchile.org
  • Todo Mejora
    https://todomejora.org
    Especializada en salud mental y prevención del suicidio en adolescentes LGBTIQ+.
    Puedes escribir al Chat de Apoyo en su web o por Instagram (@todomejora).

🇪🇸 Recursos en España

🔴 Teléfonos de ayuda

  • Teléfono de atención a víctimas de violencia de género: 016
    Gratuito, confidencial y no deja rastro en la factura. Atiende en múltiples idiomas y también a personas LGBTIQ+.
    También disponible vía WhatsApp al 600 000 016 o por correo a 016-online@igualdad.gob.es.
  • Emergencias: 112
  • Atención psicológica para personas LGTBIQ+
    En muchas comunidades autónomas existen líneas específicas (ver más abajo por región).

🏳️🌈 Recursos LGBTIQ+ por comunidad

  • Federación Estatal LGTBI+
    https://felgtbi.org
    Coordina asociaciones a nivel nacional. Desde su web puedes encontrar orientación y apoyo según tu comunidad.
  • Asociación COGAM (Madrid)
    https://cogam.es
    Ofrece atención psicológica, grupos de apoyo y asesoría jurídica.
  • Observatori contra l’Homofòbia (Catalunya)
    https://och.cat
    Teléfono 24h: +34 937 370 902
    Atención especializada en casos de violencia hacia personas LGTBIQ+.
  • Fundación Daniela
    https://fundaciondaniela.org
    Apoyo psicológico y educativo a personas trans, niñeces y adolescentes.
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